Un buen ejemplo es la tecnología WISP (siglas de 'Wireless Identification and Sensing Platform'), un diminuto ordenador desarrollado por investigadores del Sensor Lab de la Universidad de Washington en colaboración con un equipo de la Universidad Técnica de Delft, en Holanda.Se trata de un artefacto que, al contrario de lo que ocurre con los dispositivos que tenemos a nuestro alcance a día de hoy, no necesita conectarse a la corriente eléctrica para funcionar.
WISP ha sido diseñado para ser capaz de convertir las ondas de radiofrecuencia en electricidad. Es decir, este ligero y delgado aparato transforma las ondas que permiten que funcione el wifi, la Televisión Digital Terrestre o el 3G de nuestro 'smartphone', en la energía necesaria para realizar pequeñas tareas.
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